¿Si sólo queda el adiós para qué precipitarnos o inmolarnos de antemano? No hay prisa. Aminoremos el paso. Posterguemos la noche inalterable asiéndonos del crepúsculo, apelando a su póstumo destello de esperanza.
El tiempo nos conduce inexpugnable hacia la eterna penumbra. ¿Por qué entregarle también los ojos, las vísceras, el alma? Mírate en mí amor. Eclípsame. Juntos podemos sublimar este nimio lapso de paz hasta tornarlo, a fuerza de fe ingenua y rudimentaria, en esa elusiva y mitológica felicidad total.
Tallado sobre sombras Carving on shadows (09-2020)
Mi alma está desolada de caminos y mendigando claridad entrelazada en grises redundancias de verdad, augurios torpes y bizcos, porvenires hacia atrás.
Lo foráneo se disuelve y se combina amputando realidades, pariendo incongruencias, gestándome ficciones nuevas y siempre aislándome, alejándome tras la celosía inextricable de mi ser.
Subcutáneo es el deseo, epidérmica legislación, subyugación glandular, peculiar aglomeración y eclipse de lo instantáneo en lo indeleble de lo perdurable en el instante.
¿Será el amor este vaivén u oleaje cíclico que imperturbable alterna borrasca arrasadora y fugaces intervalos de calma a la vera de tu playa silente?
¿Será el amor esta agonía o tensión inmutable que conmociona el espíritu trastocando relojes e hilvanando suplicios hasta arrancar tu paliativa y efímera palabra enamorada?
Caer más allá del pasmo. Atravesar el asfalto. Dejar los sesos plantados en algún nirvana insular. Caer a través de sí. Caer de sí. A través travesía de sí.
Mi imaginación obsesa talla rasgos verdes presurosos, densos labios de pasión enajenada y el extenso cortinaje quedo de tu alma revistiendo colosal mi firmamento.
Escribo estas palabras para dejar [constancia de esta brevísima astilla de tiempo en que te pienso anónimamente desde la soledad plenaria de una noche común.