Me niego a escribir estas palabras disconexas, este pobre bosquejo de ideas desvalidas que esta noche me golpea con su doble astilla de sátira y absurdo.
Voy desdoblando este pesar sin fondo para exhumar de él el fugaz extracto de la poesía, perla negra, angustia enjaezada en lujuria, agudo clamor que al desgarrarse o emanar se amplifica y reverbera en infinidad de frentes reflejando inacabablemente su elegante duelo, proyectándose a sí mismo hasta saturar el alma con la finísima condensación helada de su llanto mudo.
21 de Marzo – Día Mundial de la Poesía
Tu abecedario caligráfico
fluye con gracia y soltura
a largo de mi exaltación
en blanco.
Azote subliminal
deleite cíclico
roces inyectores de gozo
bramidos agoreros de la veloz
caída al abismo del éxtasis
tensión coyuntural
creciente y
nebulosa saturación
sensorial divagación celestial
momentánea levitación
plenitud y súbito
retorno al entorno corporal
delimitado por tu torso
y por el mío entrelazados.
En cada intersticio tuyo
reposarán mis solsticios
esperanzados. Meceré
en tus rizos mis auroras.
Y serán tus párpados dormidos
cuna para mis quimeras.
Deshojémonos
la piel.
Surquémonos
los labios.
Diseminémonos
gemidos
enraizados.
De estrella a estrella
un soplido sideral.
De nube a nube
un lago reflejado.
De piedra a piedra
un salto alado.
De pétalo a pétalo
una chispa de rocío.
De ti a mí
un latido florecido.
Conflagración marítima
devorando el horizonte:
deseo y alivio.
Clímax meciéndose en un péndulo
de órbita cambiante:
mutación y alivio.
Resoplido antártico surcando
los socavones del infierno:
renovación y alivio.
Sombras danzando sobre la proyección
escarlata de la luna:
fantasía y alivio.
Infusión de silencio
amordazando la anarquía:
paz y alivio.
Núcleo mercúrico de alma desbordado
en tres lagrimas dulces:
melancolía y alivio.
Efluvio de ternura ensanchando
las coyunturas vitales:
felicidad y alivio.
¿Con cuántas gotas bastará
para delinear una vía acuática
por la que navegue mi ensoñación
en un velero impulsado
por suspiros?
¿Qué hacer con el agujero negro
creciéndome en la constelación
nostálgico-mercúrica
en que gravita mi melancolía galáctica?
Allí donde conducen
los enrevesados andamios del
alma,
caracola
atemporal,
intersección de espacios,
nebulosa y disyunción
de cuerpos:
ARGAMASA,
¿acaso
allí residirá
el inamovible
decreto
de mi sino,
acaso
la inmersión
de mis múltiples facetas
en un único argumento
coherente?
